Tercera Etapa
19 de Octubre 2017
Esta etapa, casi todo elo mundo la hace desde Palas de Rei a Arzúa, pero nosotros decidimos hacerla en dos etapas de 14 km cada una y así además de ir más relajados, disfrutaríamos más del paisaje y de la gran gastronomía de la zona. ( No podemos olvidar, que Melide es la tierra del pulpo a nivel internacional)
Este día salimos a caminar a las 8:45, relajados como he dicho antes. Aquí, a medio camino, cambiamos las botas por las zapatillas por el dolor que acusábamos en los piés. María ya tenía ampoyas en los dedos de los piés, y a pesar de la fina lluvia que nos acompañço en todo momento, no llegamos a mojarnos los piés.
El camino quizás el más suave de todos, en plan tranquilo, fotos, disfrutar del paisaje... en fin .
La vegetación de pinos, fresnos y robles es selvática a veces, además se cruzan muchos riachuelos de agua cristalina a pesar de la gran sequía de este año. Es una zona de grandes cultivos y prados para darles de comer a las vacas las cuales no dejamos de verlas casi todo el trayecto.
Un bonito camino medieval adoquinado conduce a Leboreiro, con su capilla
románica y antiguo hospital de peregrinos, lugar ideal para descansar.
Cerca está el castillo de Pambre, que no nos coge de paso pero es,
seguramente, el castillo más impresionante de Galicia.
Durante esta estapa, te dá la sensación de no estar nunca solo, estas acompañado en todo momento por personas, pueblos cerca, animales y esa sensación de paz que disfrutas haciendo el camino.
Antes de llegar a Melide, atravesamos un gran puente mediaval en Furelos, allí visitamos una casa de la zona y como no, nos hicimos las fotos con el famoso pulpo.
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Casa antigua |
Desde Furelos a Melide hay una distancia de kilómetro y medio todo casi practicamente recto y con una pendiente muy relajada para los caminantes, dejando al lado izquierdo naves del polígono industrial.
Llegamos a la 1 del mediodía y lo primero que hicimos es entrar en una gran pulpería donde desgustamos unos platos del famoso pulpo de Melide, pimientos del padrón, orejas y unos buenos huevos fritos que siempre sientan muy bien, todo regado con el buen vino de la tierra.
Después fuimos a buscar una pensión , en esta ocasión se llamaba " O Tobo do Lobo", que por cierto era todo nuevo y muy limpio. Despues de una buena ducha y un buen descanso, salimos a conocer el pueblo, aunque llovía, no fué motivo para que estuviésemos conociendo el lugar.
Nos llamó la atención un bar que entramos a tomar unas cervezas antes de cenar y a cada momento, pasaba el camarero con un bandejon grandísimo de pinchos que te los ofrecía a elegir totalmente gratis, además, te ponía en la mesa un kilo de pipas con un gran cubo blanco encima de la mesa para las cáscaras.
Mas tarde nos acercamos a la famosa pulpería Ezequiel, donde pedimos sus famosos pulpo y el riberiño en taza. No eran las 10 de la noche cuando nos retiramos a descansar para seguir con otra etapa leve al menos en kilómetros.
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